sábado, 26 de mayo de 2007

La importancia de llamarse... PUREZA

Este final de curso no podía faltar mi asistencia a la fiesta del colegio... Era algo que quería hacer antes de... bueno, antes de una gran aventura. Necesitaba poder volver a recordar mi vida allí, necesitaba recuperar esa emoción que ahora mismo estoy sintiendo...

Recordando la típica carta de todos los años de aquéllas que dejan el colegio y que no sé cómo siempre me hace llorar:
Siempre quedarán en nuestro corazón las profesoras, las amigas, los pasillos, las paredes, las clases... todo aquello que contribuyó en nuestro aprendizaje diario para llegar a donde estamos ahora.

Aunque el lugar de la misa no fue el habitual y la fiesta se vio empañada por la lluvia, el día siguió siendo igual de especial. Además, por casualidad o por destino, después de mucho tiempo sin poder pasar por el colegio, tuve la oportunidad de ver la despedida de aquellas niñas a las que Ka y yo cuidábamos en nuestros recreos del comedor cuando todavía chapurreábamos con la guitarra...
Después de la misa, a sentirse un poco importante. Las profesoras cumplen con su papel de acordarse un poco de tu cara y a ti te hacen sentirte especial, sobre todo cuando te invitan a la sala de profesores, lugar que siempre estuvo prohibido.
Caminar por los pasillos y por los rincones casi olvidados, la nueva vida del colegio, los niños y niñas, los profesores y profesoras... y la rebeldía adolescente (que también tuvo su importacia)... todos hicieron de ayer un día especial... y todo me devolvió la ilusión...

¡Ah! Claro, no podían faltar las canciones... este estribillo me encantaba, porque siempre tenía mucha fuerza:

Contigo quiero caminar,
sembrar la paz en el dolor,
llevar al mundo la verdad,
no apagar nunca mi ilusión.
Quiero gritarles que a tu lado
es más sencillo conseguir
hacer un mundo más humano,
que un niño pueda sonreír.

1 comentario:

AnA dijo...

La verdad que es necesario volver la vista atrás , para ver qué fuimos, y qué es de aquéllas personas, lugares y cosas que formaron parte de nuestra vida.
Nuestro presente no es tal, sino que conlleva una gran parte de nuestro pasado transformado en recuerdos, que hay que revivir de nuevo...para sentir que lo vivido sigue ahí y va a permanecer siempre. Al fin y al cabo es lo que le da algo de sentido a la vida.
Por eso me gusta cuando nos juntamos, aunque la excusa sea un cumpleaños, porque estamos burlando al tiempo, y alargando el pasado al presente...dando continuidad a lo que fuimos con lo que somos.